"Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender."
Albert Einstein
¿Por qué el cielo es azul?, ¿cómo se formó la Tierra?, ¿por qué llueve?, ¿qué es la electricidad?, ¿por qué las hojas cambian de color en otoño?, ¿de dónde viene el agua del grifo?, ¿por qué el agua se congela?...
Estas preguntas son sólo un ejemplo de los miles de interrogantes que un niño puede tener en su cabeza y que algún día podría plantear en el aula. No olvidemos que los niños van descubriendo cada día nuevos y sorprendentes fenómenos del medio natural en el que viven. Fenómenos a los que muy a menudo les otorgan una explicación natural y espontánea basada en su aun poco maduro pensamiento. Por ello, es nuestra responsabilidad como docente contribuir a cambiar ese pensamiento fuertemente arraigado por uno que se aproxime a los conocimientos de la comunidad científica.
Los niños son unos exploradores natos, ¡aprovechemos esa oportunidad para estimular su capacidad para observar y comprender el mundo que les rodea!
Los niños son unos exploradores natos, ¡aprovechemos esa oportunidad para estimular su capacidad para observar y comprender el mundo que les rodea!
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